| “Diamonds And Lies (Spill From His Tongue)”/Brenda York |
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Existir en la era Streaming
por Eduardo Sanguinetti
Institucionalizada la especulación, el servilismo, la vacuidad, la traición, el anestesiamiento se eleva a categoría de deidad, la publicidad de ideologías neofascistas, tendencias degeneradas de la revelación que ha prostituido los modos de vida de la humanidad, la única que puede concebir el pensamiento mercantil, que lo ha invadido todo, desde los candidatos a presidentes de un país, hasta los premios a periodistas mercenarios, sin olvidar a los coronados hacedores de basura reciclada en la industria del cine, las artes y las letras, las maneras y modos de sobrevida de comunidades indigentes de ideas e ideales.
Luego, la masturbación convertida en método se ha extendido a todos los espacios del acontecer de nuestra civilización, en proceso de demolición… ¡qué pena!, ¡qué horror!… para cientos de millones de “selfitis” que transitan este planeta por millones de cuentas de Instagram, que intentan dar sentido a las vidas paralelas virtuales que completan el GPS global… se suman, quienes precisan elevar su autoestima tomándose fotos varias veces al día, mientras envían un WhatsApp tras otro (adicción compulsiva) y, en fin, mis limitaciones no pueden controlar mis ánimos de modificar rumbos, meditando con huellas, desde una plataforma Twitch con servicio Streaming, recibiendo Cheers con Bits que mostrarán apoyo a los emisores celebrando grandes momentos, directamente en el chat… y así entramos en el nuevo mundo de la red y el videojuego en que se ha convertido la existencia de la humanidad.
Pertenecen definitivamente al pasado, se han muerto sin dejar descendencia, fenómenos tales como el desarrollo paulatino de los talentos, su lenta maduración natural… los nombres de grandes hombres y mujeres del pasado, que jamás han sido ricos, salvo en ideas e ideales, ya no son más que sonidos vacíos de significado; las nuevas generaciones están siendo entrenadas en las lides de acumular, delinquir, sumándose a tendencias prostibularias, devenidas en ceremonias donde el narcisismo a ultranza y el egoísmo, tienen sitial de honor.
Indigna pensar como todo ser que rebosa de intuiciones, premoniciones, sensibilidad y coraje del instante, desprovisto de ambiciones, ha resultado ser “molesto” y “peligroso”, para esta comunidad ignorante, cotidiana y previsible, llana y ordinaria, snob y cobarde.
Comunidad, con “tara” propia de sectas de seres a medio vivir, a medio pensar, que no se contentan con aconsejar, sino que toman sobre sí la iniciativa irreprimible de censurar y asesinar a quienes pueden modificar el “estado de las cosas” en que se debate la humanidad.
Al modo rilkeano, intentaré en este texto, meditar sobre mis huellas e intentar construir una arqueología de la significación de mi paso en el acontecer de la cultura y la política de este tiempo. Unas huellas que, por su insistencia transmutan el recuerdo individual en social.
Saber es acordarse, hacer no lo es menos. Siempre tuve el deseo de lograr llevar a cabo un giro de 180º en “el estado de las cosas” en que se debate el mundo y sus pueblos, un obstáculo gravoso, que devino en lograr renunciar, liberándome de los “lazos parentales”, que tanto daño hicieron en este sistema necrótico y escatológico, dando espacio a poder ser, en el más estricto sentido ontológico, a mi persona, en pertenencia a un espacio y tiempo, efectuando la donación en actos nutridos de libertad y estremecimiento, que sobrevuelan las voces. (…)
Hay demasiados muertos sin vigencia en una comunidad como la argentina, sentenciada por un sistema judicial y policial represivo, necrótico y disfuncional, que promueve sus héroes de barro, desde las pantallas y redes de la web, al servicio del simulacro y la banalidad.
Imposible una democracia sin ideas. No es lo mismo la idea de democracia, que la democracia de las ideas. En el milenio de las “grandes muertes”, deberían construirse espacios para el encuentro, el diálogo y el intercambio de ideas, de todos con todos, los que al unísono hoy replican en re sostenido difamaciones de todo tipo, domesticidades, alcahueterías y chismes… los que adornan con grasoso papel moneda a las minusválidas autoridades de instituciones, otrora prestigiosas, para ocupar sitiales que de ningún modo les corresponden… pero la platita manda. Podremos ni siquiera darles importancia, más ¡no! no deseo dejar pasar más delitos flagrantes a nuestra historia de la cultura, en estado de coma profundo.
Pero ahí están… hoy perduran, en otros ámbitos, de la derecha neoliberal conservadora y de la izquierda del fondo a la derecha rentada corporacionista de “artistas” Ceos y empresariuchos devenidos en poetas rentados… creo hay que tenerlo muy en cuenta. Así pasan los días y las horas se convierten en asuntos negociables, todo tiene valor en moneda. El mercantilismo impuso su substancia, ante el amparo de la ley, cual contragolpe constitutivo de discontinuidad al denominado orden vigente.
Me parece muy evidente que estamos viviendo bajo un régimen de dictadura de clase instalado por los poderes centrales, de un poder de clase que se impone desde la violencia, incluso cuando los instrumentos de esta violencia son institucionales y constitucionales.
No dejo de insistir en el affaire de los medios y de la transformación del espacio público a través del universo de las corporaciones económicas de los medios de comunicación y de la web, conformada por máquinas de producción de fantasmas. El demonismo convierte a esta suerte de nihilismo y escepticismo en fe, y puede definirse como la mentira de ninguna verdad convertida en la verdad de ninguna mentira.
La realidad se transformó en sujeto del destino, mientras el sujeto es apenas su objeto: absoluta crisis de lo absoluto. Paralizados en la anarquía de la página, el origen cierra sus puertas, y la tierra de nadie recoge el desperdicio de restos humanos, que respiraron la atmósfera podrida de este tercer milenio… y Venezuela se ha retirado de la OEA, luego de la presión de este organismo que históricamente ha servido a los intereses e injerencia de Estados Unidos en Latinoamérica, soportando la presión de los cipayos liderados por un tal Guaidó, apuntalado por los gobiernos neoliberales de la región y de Europa, salvo Uruguay que llama al diálogo y a intentar una solución pacífica al atroz momento que soporta el pueblo venezolano.
{ Diario La República }
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