Nos últimos meses, Honduras tem saído do seu pequeno território caribenho, praticamente esquecido por grande parte do planeta, para ganhar as vias de comunicação. Quase certo que o tema seria negativo!
A vontade histórica de submergir o próximo faz parte das relações humanas. No que diz respeito aos países latino-americanos, um golpe militar, por exemplo, um prato cheio para analistas atirarem no escuro. Zelaya na Embaixada do Brasil em Tegucigalpa é a palavra da vez.
Entre uma mastigada e/ou capítulo de novela, há espaço para discussões, e o bigodudo presidente eleito ganha espaço previsível. Gás lacrimogêneo na rua à frente da representação diplomática. A rapinagem com olhos e garras voltados para as riquezas locais, pactuam contra o patrimônio nacional.
A política da mão de ferro repete a fórmula e mostra que nem tudo precisa ser… mostrado. Estádios esportivos viram coliseus, calabouços a céu aberto. Agora, nas praças hondurenhas de futebol e beisebol, fair play não importa. Se no Brasil é festejada a escolha da sede da Olimpíada 2016, na terra de La Bicolor acontece o antijogo. (Ricardo S.)
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Estadios del terror
por Gustavo Veiga
(Página/12)
La voz de Radio Liberada, casi un susurro en su transmisión por Internet, denuncia desde algún lugar oculto de Honduras: “El estadio Chochi Sosa nos recuerda al Estadio Nacional de Chile. Y nos pone la carne de gallina”. La dictadura de Roberto Micheletti comenzó a utilizar desde ayer dos campos deportivos de béisbol en Tegucigalpa – el otro es el Lempira Reyna Zepeda – como lugar de detención para los partidarios del presidente Manuel Zelaya. Militantes de organismos de derechos humanos y familiares estimaban anoche que en el primero había entre 150 y 200 personas alojadas.
Curioso destino tiene este tipo de escenarios en la nación centroamericana. El 27 de enero de 2006, el mandatario ahora asilado en la embajada de Brasil asumía su cargo en el Estadio Nacional de fútbol de la capital hondureña. Y el Chochi Sosa, hoy utilizado como campo de concentración, también era empleado para festejar con varios espectáculos musicales la asunción de Mel.
Zelaya, como séptimo presidente consecutivo desde el retorno de la democracia a Honduras, inició su gobierno en aquel estadio rodeado de dos mil militares y policías. Los mismos que en estas horas reprimen a sus seguidores en varios puntos del país. El Chochi Sosa, donde se encuentra el grueso de los detenidos, está ubicado en la Villa Olímpica, al oriente de Tegucigalpa. Las denuncias coinciden en que allí se separó en dos grupos a los arrestados. Alrededor de 60 fueron acusados de sedición y protesta ilegal. Y el resto por violar el toque de queda. Entre los primeros se encuentra Melvin Ortez, dirigente estudiantil del Frente de Reforma Universitaria (FRU).
En 2008, al estacionamiento de ese estadio de béisbol fueron a parar varios vehículos transformados en chatarra. Los medios de comunicación opositores a Zelaya lo acusaban de haberlos enviado hasta ahí porque molestaban en el parking de la Casa de Gobierno. Un año más tarde, son personas las que el gobierno de facto de Micheletti trata como chatarra encerrándolas en el Chochi Sosa y en otro estadio que está en pésimas condiciones.
Se trata del viejo campo de béisbol Lempira Reyna Zepeda, que a principios de este mes el diario El Heraldo describió así: “… no luce sus mejores galas: las graderías con capacidad para más de 6 mil aficionados están destruidas, las cabinas de radio son un nido de ratas, la malla está deteriorada, los baños son muy pequeños y la pintura casi ni se distingue”. La nota se titula “En peligro de ser demolido el estadio Lempira Reyna”. Un número indeterminado de militantes movilizados contra el régimen hondureño fueron alojados en ese lugar y se desconoce en qué condiciones se encuentran.
El recuerdo del Chile de Augusto Pinochet está muy presente en las emisiones de Radio Liberada. Se nota que sus voces, desde la clandestinidad, conocen muy bien la trágica historia de ese escenario que fue utilizado como centro clandestino de detención y torturas después del golpe del 11 de septiembre de 1973. La transmisión que se escucha con total nitidez en radioeslodemenos.blogspot.com también mencionó al célebre Cilindro de Montevideo, un estadio de básquetbol que la dictadura uruguaya transformó en lugar de detención. Ahora es Honduras el que sigue con esa tradición golpista copiada a los militares sudamericanos. A cielo abierto, bajo un sol impiadoso, los detenidos son depositados sin que, en muchos casos, se sepa qué ocurrirá con ellos.
{ Rebelión }
Publicado em 03.10.2009