Cuba em franca ascensão esportiva, década de 70. (Ricardo S.)
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México ’75: Evolución de altura
El irrebatible progreso del deporte cubano en los años 70 disfrutó de distintas concreciones, una de las más sólidas durante los VII Juegos Panamericanos 1975, en Ciudad de México.
por Enrique Montesinos
Más fogueados y calificados, campeones regionales absolutos ratificados en Santo Domingo 1974 y avalados por actuaciones olímpicas descollantes en Munich 1972, los deportistas de la Antilla Mayor reiteraron la supremacía continental boxística y conquistaron primeros lugares en levantamiento de pesas y esgrima, situándose segundos en atletismo, lucha, gimnasia y tiro, gracias al productivo reforzamiento cualitativo en deportes individuales muy medalleros.
Derroche de técnica por parte de los pugilistas permitió lograr la inédita cifra de siete doradas en boxeo y que ninguno retornara a casa sin premios, dos más de plata y otras tantas de bronce, destacando la inédita triple corona de Rolando Garbey y el ya papel preponderante del gigante Teófilo Stevenson.
Mas la colecta mayor de títulos aconteció con el accionar de los halterofilistas en su primer asalto al liderato continental ante el otrora imbatible Estados Unidos. Conquistaron nada menos que 18 de oro de 27 posibles en nueve divisiones que premiaron por separado arranque, envión y total.
La esgrima tomó el comando cualitativo con cinco de ocho cetros, destacándose el tercero consecutivo de la floretista Margarita Rodríguez, mientras en la gimnasia artística varonil la gruesa suma de siete doradas pudo consolidarse por la destreza de Jorge Cuervo (cuatro) y Roberto León Richard (tres).
El atletismo se apartó de sus aislados atisbos y también comenzó a producir en grueso, coronando a siete campeones con las connotaciones correspondientes a este deporte.
Silvio Leonard, la ráfaga cubana, cruzó el imaginario estambre de la centelleante final de 100 m con récord de 10.15 frente al trinitario Hasely Crawford, titular olímpico al año siguiente en Montreal, pero enmudeció a las tribunas cuando una contractura muscular le impidió detenerse y sin control fue a caer estrepitosamente en el foso circundante de la pista, en instantes de intenso dramatismo.
Se sumaron Alejandro Casañas, quien paró en seco la hegemonía norteña en vallas; Luis Medina, en 1 500 m; y Rigoberto Mendoza, asombroso con la mediática victoria en el maratón de 42.195 km, evidenciando buena adaptación para la altura mexicana, como igual demostró Aldo “Búfalo” Arencibia en los 174 km del ciclismo de ruta.
En el femenino descollaron Carmen Romero, de nuevo en disco, María E. Sarría, en bala, y Ana Bella Alexander, en longitud, en medio de eufóricos síntomas de poderío latinoamericano al sumarse los éxitos del marchista local Daniel Bautista, de la peruana Edith Noeding en vallas y hasta del guyanés James Gilkes en 200 m, en ausencia del lesionado Silvio Leonard.
Sin olvidar el 17.89 galáctico en triple del brasileño Joao Carlos de Oliveira, quien volvió a relegar al soviético Víctor Saneiev después que su 17.44 había desplazado en 1972 el 17.40 de Pérez Dueña, a su vez todavía más postergado a nivel continental por el conocido como Joao du Poulo (Joao del Salto), también monarca en longitud para una dupleta de alcurnia.
Tampoco omitir al gran favorito Alberto Juantorena, sorprendido por Ronnie Ray en la vuelta al óvalo, fiasco convertido en acicate para protagonizar en Montreal 1976 un inédito doblete olímpico en 400 y 800 m, con récord universal.
Estados Unidos (5) y Cuba (3) estuvieron cerca en lucha libre, pero en la incorporada modalidad grecorromana lideró 7-2, mientras en colectivos Cuba punteó al defender exitosamente los tres cetros de béisbol y voleibol (m y f). Argentina prosiguió en hockey, Estados Unidos se hizo justicia en baloncesto y México lo desbancó en polo acuático. Anecdótico final futbolístico: Brasil y México, empatados a un gol, en tiempo suplementario. Falló el fluido eléctrico y se apeló a la salomónica solución de… conceder dos de oro.
A 217 pruebas ascendieron las disputadas en 22 deportes, 117 para Estados Unidos (12 más que en Cali), en tanto Cuba reafirmó el subliderato con 57, casi doblando la cita anterior para reafirmar alto el lema Más medallas de oro que en Cali. Para el resto quedaron apenas 43, con Canadá de tercero, 18, y México cuarto, 9.
Esos Juegos peligraron por las renuncias de Chile bajo la égida de Pinochet y del suplente Puerto Rico, con sede ya aprobada para 1979; todavía más cuando falló la alternativa de San Pablo, asolado por una imprevista epidemia de meningitis. El rescate mexicano garantizó la continuidad y contribuyó a que Mario Vázquez Raña, presidente de su Comité Olímpico y del Comité Organizador, accediera al liderato de la ODEPA, hasta… la actualidad.
{ Granma }
Publicado em 08.08.2011