La opción por los pobres no se negocia
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“(…) Mira, Jesús echa los mercaderes del templo porque justamente se da cuenta que con seres humanos así, con la cabeza y con el corazón puestos en el metal, metalizados, en el dinero, que amaban a el dinero, es ir con gente que no elige ser pobre, y que por lo tanto no son bienaventurados para Jesús, no se puede construir el proyecto de Jesús, entonces todo aquel que entregue su corazón, diríamos a la riqueza… Jesús dice que el amor al dinero, el que pone la confianza en el dinero, entonces el tema de bienaventurados los pobres nos lleva por ahí, nos lleva por dos opciones: una, elegir ser pobre, es decir elegir que todos tengamos igualdad de oportunidades, eso es elegir ser pobre en cristiano, que todos tengamos la igualdad de oportunidades, y no que yo tenga todo y que haya muchos que no tengan nada. Pero, segundo, elegir también ser perseguido, porque cuando tú comienzas a vivir así y a proponer que aquí tiene que haber igualdad de oportunidades se te levantan los diablos, y entonces va a ser perseguido, va a ser amenazado, va a ser calumniado, y todo eso a venir como consecuencia de la construción del Reino. (…)”