Esporte na Ilha

Reprodução/www

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“La revolución cubana ha generalizado el deporte a las masas populares”

por Enric Llopis

Los medios de comunicación privados han regalado titulares y entrevistas, con su saña habitual, a la Revolución cubana estos días. El motivo ha sido la deserción de cuatro deportistas cubanos, que pidieron asilo político en España, tras jugar un partido de baloncesto en Las Palmas de Gran Canaria. Las noticias, en un alarde de tendenciosidad, silencian, entre otras cuestiones, que la petición de asilo obedece realmente a motivos materiales, no a razones políticas.

En una entrevista concedida a Rebelión.org, Luis Sotolongo, presidente de la Comisión de Atención al Atleta Cubano, desvela las características y el contexto en los que se desarrolla el deporte en Cuba. Sotolongo analiza aspectos desconocidos para el gran público, como la inexistencia del deporte profesional en la isla o el acceso de las masas populares a la práctica deportiva gracias a la Revolución.

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Usted es el presidente de la Comisión de Atención al Atleta. ¿Cuál es el fin de esta comisión?

El objetivo es proteger al atleta tras su retiro de manera que pueda satisfacer todas sus necesidades. Esta protección que proporciona el estado a los atletas es otro de los grandes logros de la revolución cubana.

¿Qué supuso para el deporte en Cuba el triunfo de la revolución en 1959?

Marca un antes y un después. La Revolución supuso el acceso al deporte de las grandes masas. Anteriormente la práctica deportiva estaba limitado a las elites y a la alta burguesía (800 personas, entre profesores y entrenadores). Hoy en Cuba hay 17.893 licenciados en deporte y más de 48.000 profesores de Educación Física. Esto supone una de las ratios más elevadas del mundo (un profesor por cada 123 deportistas).

Es decir, la generalización de la práctica deportiva.

Efectivamente. Con la creación del Instituto Nacional del Deporte, en 1961, al pueblo se le garantiza el derecho a desarrollar actividades deportivas. El objetivo es lograr el hombre pleno, capaz de afrontar los retos de la nueva sociedad. Actualmente hay en Cuba 17 escuelas deportivas para niños; otras 19 de perfeccionamiento y más de 150 academias. Cualquier joven puede acceder al deporte de manera gratuita, desde sus inicios hasta que se convierta, si llega el caso, en un deportista de alto rendimiento.

¿Qué sectores sociales son los más beneficiados?

Un ejemplo para ilustrar el cambio. Antes de 1959 había clubes deportivos en los que sólo podía participar la gente con dinero. Ahora hay un profesor de Cultura Física en los Centros de Abuelos y en los Hogares de Ancianos. Estos profesores pueden incluso ir a las casas cuando las familias tienen algún miembro con discapacidad. La Revolución fomenta el deporte sin distinciones de raza ni de origen. Blancos, negros, hijos de obreros y de campesinos acceden por primera vez a la práctica deportiva.

¿En qué aspectos centra sus esfuerzos el gobierno cubano?

Sin duda, en la práctica del deporte desde la infancia. Cada año participan en los juegos escolares más de 85.000 niños cubanos. Más del 90% de nuestros campeones nacionales e internacionales proceden de estas competiciones. Con la formación deportiva se pretende la educación en valores como la voluntad, el sacrificio, la perseverancia, la disciplina y la sana competencia. Como decían los clásicos, “cuerpo sano y mente sana”.

¿En qué se materializa esta apuesta por el deporte?

Por ejemplo, Cuba ha obtenido 1.492 medallas de oro en juegos centroamericanos; 721 en panamericanos y 76 en olimpiadas. Pero esto no es lo más importante. La idea principal es la concepción del deporte como patrimonio del pueblo y para el pueblo. Además, como pueblo solidario, Cuba ha contribuido al desarrollo del deporte mundial. Más de 74.000 profesores de Educación Física y licenciados trabajan en diferentes países. Me gustaría destacar la iniciativa “Barrio Adentro”, en Venezuela, para la introducción del deporte en comunidades donde nunca se había practicado.

¿Existe en Cuba el “deporte profesional”?

Nuestro sistema deportivo no tiene nada que ver con el profesionalismo. Lo relevante es el ser humano como tal, no su comercialización. El deportista no puede convertirse en una mercancía de consumo de anabolizantes y, cuando se retira, ha de reintegrarse a la sociedad como uno más.

¿Cuál es, entonces, la filosofía del deporte cubano?

Integrar el deporte en una formación integral del ser humano. La práctica deportiva es siempre complementaria al aprendizaje de otras cualidades, sean espirituales, creativas o científicas. El estudio es obligatorio para todos los atletas cubanos (de los 724 que representaron al país en las últimas olimpiadas, más de 500 eran universitarios). Aun así, se les da facilidades y licencias en caso de que trabajen o estudien, y un estipendio – cuando forman parte del equipo nacional – para que puedan mantener a su familia. Cuando se retiran, vuelven a su centro de trabajo o de estudios.

Imagem: Tocororo’, mascote dos Jogos Panamericanos de Havana ’91. ]

{ Rebelión }

Publicado em 03.09.2009

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