O texto abaixo é o primeiro da série sobre a Copa do Mundo ‘78, na Argentina, publicada em 2008 pela Agencia Rodolfo Walsh no boletim informativo “El deportivo de la Walsh – Mundial ‘78″, em alusão aos 30 anos da conquista.
Está guardada desde o ano passado na caixa de mensagens, só que é história, não tem obrigação de prazo de validade, e como agora esta seção esportiva está no ar, chegou a vez do acesso ao material.
As imagens que ilustrarão “Argentina ‘78″ fazem parte do acervo da Fifa na internet, sítio que será destacado num próximo momento, haja vista a qualidade e raridade das mesmas, além da organização. Já a política da entidade… (Ricardo S.)
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Los 25 días que conmovieron al mundo
El nefasto acontecimiento del Mundial ’78 tan amarrado a los medios de comunicación trae a la memoria y en cada aniversario una figura del periodismo deportivo, singular y admirable: Dante Panzeri.
por Meriem
Dante Panzeri fue el hombre que se opuso a la realización del Mundial por considerarlo un despilfarro y lo expresó en la propia casa del contralmirante Carlos Alberto Lacoste, pieza clave en la organización del torneo.
Panzeri era un francotirador, certero, solitario, incómodo y anárquico pero el contralmirante, porfiado, decidió citarlo en su despacho. “Jamás visité un despacho oficial…” fue su respuesta. Entonces, el encuentro se produjo en la casa de Lacoste en el barrio de Belgrano durante cinco largas horas, tras lo cual no acordaron nada.
Panzeri, que se atrevía a decir lo que nadie pudo ni quiso, se despegó de semejante responsabilidad y el militar, por deformación profesional declaró: “De todas maneras, la realización del mundial es una decisión política. Y ya está tomada”.
Panzeri trabajaba para otra cosa. Denunció sin descanso el pasaje del fútbol como expresión de espontaneidad y alegría a un negocio multimillonario administrado por dirigentes corruptos. Solía decir: “El fútbol es la muestra gratis del país”. Se había iniciado en relatos menores del deporte en “El Gráfico” hasta llegar a demoler críticamente al intocable deporte y a quienes devinieron oligarquía de tan gigantesca empresa.
La arremetida privatizadora de la década pasada afectó a las emisoras radiales que más temprano que tarde y aprovechando la volteada, desaparecieron huellas escrachadoras. Para ese entonces, el Archivo General de la Nación no tenía un sólo archivo sonoro de su voz. Justo, la sonoridad del hombre que reivindicó el papel esencial del archivo en la tarea del periodista, fue oscuramente silenciada.
La gran burguesía agroexportadora e industrial de la década fatal se convirtió en aliada de las Fuerzas Armadas, parte central y homogénea del sistema capaz de representar y negociar con los sectores decisivos su acceso al gobierno.
La conjunción cívico militar genocida gobernó la Argentina con conocimiento científico y preciso de la situación. El Mundial de Fútbol sería la cortina rutilante para distraer a la población de los escenarios clandestinos instalados a pocas cuadras de la cancha de River (la ESMA), donde se realizaban las más aberrantes violaciones a los derechos humanos.
También iba a servir para contrarrestar lo que en “la prensa canalla” se denominaba la “antiargentinidad de la prensa europea”. O para olvidar “durante un mes la problemática personal y nacional”. El Gráfico y José María Muñoz “el relator de América” configuraban el símbolo de la prensa adicta, en la ocasión del torneo por la “Copa de la Paz”.
Deporte y Política
“Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”.
(Albert Camus)
“Tengo dos problemas para jugar al fútbol. Uno es la pierna izquierda. El otro es la pierna derecha”.
(Roberto Fontanarrosa)
“Además, al argentino no le gusta el fútbol. Le gusta ver ganar tal o cual cuadro. Fútbol así, no”.
(Jorge Luis Borges)
“El fútbol es técnica del imprevisto por sobre todos los imprevistos. Y más aún limitando esa técnica al uso de la más indócil de las armas posesivas del hombre, los pies, siempre más indóciles que las manos al ordenamiento del cerebro…”.
(Dante Panzeri)
“El goleador es siempre el mejor poeta del año”.
(Pier Paolo Pasolini)
“Tal vez los jugadores tengan la hermosura y la tragedia de las mariposas, que vuelan tan alto y tan bello pero que jamás pueden apreciar y admirarse en la belleza de su vuelo”.
(Milan Kundera)
De estas frases célebres se desprende una definición: El fútbol trasciende el campo de juego al tiempo que la realidad se mete en la cancha. Es pasión de multitudes, identidad nacional, cultura, espejo de la realidad, inexplicable deseo. Es la felicidad y la construcción del enemigo.
También es fanatismo: muchas personas cambian de sexo pero nadie sabe, hasta el momento, que alguien haya cambiado la camiseta de su club por otra.
Ellos lo sabían porque sabían todo de todos. También lo sabía Panzeri.
El Mundial duró 25 días. Alegró y exaltó a las multitudes aturdidas al compás de las asonadas militares.
Ya apropiados de la Copa, José Alfredo Martínez de Hoz, ministro de Economía de los genocidas ordenó: “Debemos seguir jugando el gran partido del proceso nacional”, como caso raro de funcionario que cumple con lo que promete.
El periodista Pablo Llonto puso blanco sobre negro: “El Mundial ‘78 aparece como el primer símbolo de aprobación masiva a la dictadura; Videla recibió seis veces el aplauso de las multitudes en estadios repletos. La fiesta del despilfarro en la organización del torneo apenas se cuestionó. Las voces de denuncia de los exiliados y los familiares de los asesinados, desaparecidos y encarcelados fueron tomadas como expresiones de la antipatria”.
El periodismo hegemónico fue el sustento esencial para garantizar la goleada de cancha entera del desgobierno. Lo que siguió es conocido y padecido por la mayoría de los habitantes de este país.
El 14 de abril de 1977 moría el autor de “Burguesía y gangsterismo en el fútbol”, como para no presenciar la gran farsa. Pocos lo acompañaron en su entierro, tal vez por la idea que él mismo se impuso: “los periodistas no tienen amigos”.
A pesar de tanta tragedia, la retrospectiva histórica pone en claro que en el campo de batalla nadie tiene el poder eterno o la debilidad final.
{ Agencia Rodolfo Walsh }
Publicado em 04.07.2009