Tragedia de un tiempo deplorable


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Cabaret de la motosierra

por Eduardo Sanguinetti [*]

La Libertad pertenece al espacio de lo no negociable, lo que se encuentra fuera del promiscuo y obsceno “Mercado”… La obscenidad que apreciamos en “motosierra” Javier Milei, sujeto-objeto, producto de la conjunción de factores mediáticos han posibilitado que este apropiador de la palabra Libertad, pase a ser cerebro de quienes no lo usan.

Los neofascistas del “cabaret al paso”, enemigos del libre pensamiento, amantes de dictaduras, represión, censura y exclusión, sobrevuelan Argentina, con su líder de escaparate a la cabeza, bajo órdenes concretas de accionar contra una sociedad anestesiada, sin ánimos de inventarse victorias, justificada actitud ante la ausencia y silencio de un Gobierno en fuga.

A velocidad extrema, en últimas hora, comenzó la campaña “operación primera dama en marcha”, precisa y necesaria para mostrar a un Milei que vive en normalidad un amor sin barreras, intentando asimilarse al perfil de su ídolo el “turco” Menem, que en sus irruptivos gobiernos, privatizó instituciones impulsoras de desarrollo y progreso, siempre de la mano de la minita de turno, proyectándose como “galán vernáculo”, celebrado por farándula y alcahuetes de medios chismosos.

Cerrar Ministerio de Ciencia y Tecnología es una brutalidad total y absoluta, cuándo en el mundo neoliberal se protege este espacio de investigación y conocimiento… La educación y salud, deben responder a políticas públicas, haciendo cumplir los derechos inalienables que la sociedad debe cuidar, como la Constitución afirma, o Milei confrontando contra la Carta Magna y sus beneficiarios: el pueblo en estado de orfandad, ante la ausencia de respuestas a su prisas de parte de un gobierno, el de Alberto, el “topo”, que ha traicionado a quienes lo han votado con esperanza de que este individuo gestione de modo digno en su función, tan disfuncional. Y la justicia tan amante de la Constitución, ¿Seguirá defendiendo a ultranza el estado de derecho?

¿Qué rol juegan estos fantoches en una Argentina huérfana de espejos?… ¿Quién le han dado espacio para instalarse al ballet de bestias danzantes, en un juego espectral y morboso, que anuncia la proximidad del desastre?… Deviene el malestar y la “bronca” de una comunidad paria, hambreada y sin representación “real”, reticente a la entrega y sumisión que aplicarán quienes avanzan con ánimos de administrar un país sin estado y privatizado…

Sin moneda y quizás también, en futuro cercano, sin bandera… Oportunidad inmejorable para construir un lavadero de dinero, blanqueador de todo tipo de actividades incluidos los club de fútbol y sus jugadores, adictos al olor de dinero, venga de donde venga.

Al modo rilkeano, intentaré en este texto, meditar sobre mis huellas e intentar construir una arqueología de la significación de mi paso en el acontecer de la cultura y la política de este tiempo. Unas huellas que, por su insistencia transmutan el recuerdo individual en social.

La publicidad de las bestias, tendencia degenerada de la revelación, ha prostituido los modos de vida de la humanidad, la única que puede concebir el pensamiento mercantil tan afín a nefastos personajes como Macri, que no cesa en articular sus movimientos siempre en favor del desacuerdo y la eliminación de las libertades individuales, de la igualdad y la solidaridad.

Luego, la masturbación convertida en método se ha extendido a todos los espacios del acontecer de nuestro país, en proceso de demolición… Pertenecen definitivamente al pasado, se han muerto sin dejar descendencia, fenómenos tales como el desarrollo paulatino de los talentos, su lenta maduración natural… Nombres de grandes hombres y mujeres del pasado, ricos en ideas e ideales, ya no son más que sonidos vacíos de significado; las nuevas generaciones están siendo entrenadas en las lides de acumular, delinquir, sumándose a tendencias prostibularias, devenidas en ceremonias donde el narcisismo a ultranza y el egoísmo, tienen sitial de honor.

Quiénes defendemos la libertad de expresión y de prensa como un requisito de cualquier sociedad democrática, no lo hacemos como custodios de un privilegio de periodistas y medios… Lo hacemos porque no existe un solo derecho humano que pueda ejercerse si no hay información disponible.

El silencio es un mecanismo que a través de la historia ha demostrado su eficacia para la restricción de libertades civiles. El silencio o el silenciamiento es de gran utilidad para perpetuar el poder, es una fuente de acumulación de riqueza y terreno fértil para la corrupción…

Tragedia de un tiempo deplorable, de actores y espectadores intercambiables en sus roles de marionetas de un destino que se remite a una puesta en escena multiforme de la “contramemoria”, que ratifica la pérdida de unicidad y veracidad, en permanentes formas de representación de lo real presentes en un metalenguaje excluyente.

Al ser un derecho humano, el termómetro de la libertad de expresión es susceptible de cambios alarmantes de conformidad con la actitud y el discurso de los liderazgos públicos con respecto a la prensa. Al no haber criterios y regulaciones claras para la distribución de la publicidad oficial, la orgía de presiones a la prensa toma su lugar y logra instalar incluso a candidatos a la presidencia de la Argentina, tal el caso de Milei, panelista de programa “basura” hasta hace un par de años.

El dinero público no solo es muy importante en los ingresos de la mafia mediática, es un ingrediente que modula el debate público, una herramienta de extorsión mutua que premia el silencio y castiga las críticas. Es probable que como sociedad nos cueste muchísimo más la información relevante que jamás recibiremos porque alguien ya pagó el precio del silencio.

Alberto Fernández, no ha cumplido con sus promesas de cuándo asumió a la primera magistratura, ha dado espacio a que candidatos “chatarra” se presenten como “salvadores de una patria quebrada”, legalizando una deuda delictiva, privada y contra toda reglamentación, con el FMI… Un tanto miserable, por cierto, hipotecar el futuro de un pueblo y de un país, por ausencia de capacidad de gestionar desde su función de jerarquía, un país que precisaba un presidente imbuido del coraje indispensable para enfrentar a la mafia que sigue dictando y rigiendo los destinos de Argentina.

La prensa libre debería ser un panóptico gigante de apertura del planeta a la unidad y no un devenir de actos de censura que se replican a todos los que no nos asimilamos a permanecer en un mundo donde el silenciamiento de quienes tenemos la irrevocable deber y derecho de denunciar la corrupción, la desaparición de quienes hacen de esta vida tener sentido, sea un método naturalizado por la comunidad dócil, ignorante y cobarde.

Aclarar, disipar, abriendo el gran angular que proyecte el mundo a vivir, del cual hoy estamos muy distantes y sin embargo tan cercanos, ironía de nuestro ignoto destino de “ser simplemente ser frágiles criaturas, sometidos a nosotros mismos frágiles criaturas”.

[*] filósofo, poeta y performer

{ Agencia NOVA }

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